Es bien sabido que nuestro cuerpo está compuesto por una gran cantidad de agua. Concretamente, un 70% de nuestro cuerpo es agua. Es por ello que, el agua para nuestro cuerpo es algo de primera necesidad y de vital importancia, puesto que no podemos sobrevivir mucho sin ingerir agua. La cuestión es: ¿Le damos la importancia suficiente al agua que ingerimos?
Vivimos sumergidos en el agua que ingerimos
Y tener claro esto es algo crucial, puesto que tener nuestro cuerpo hidratado implica mantener el 70% de nuestro cuerpo en buen estado. Esto garantiza un buen funcionamiento de absolutamente todos los procesos que lleva a cabo nuestro cuerpo (digestión, funcionamiento del sistema excretor, circulación sanguínea...).
Pero llegados a este punto, ¿que se entiende estar bien hidratados? Efectivamente, que el 70% de nuestro cuerpo, es decir, el agua, sea de la mayor calidad posible. Por ello, es primordial saber que se considera un agua de calidad.
Cuando hablamos de "agua de calidad", debemos de tener en cuenta su limpieza, pero también su pH. El agua ácida es aquella con un pH pobre, mientras que un agua alcalina (óptima para nuestra salud), posee un pH alto. El agua ideal para nuestro consumo es aquella que posea un pH 8.5 - 9.5.
Si este tipo de agua de calidad es sometida a ionización con imanes especiales, el resultado es un agua terapéutica, que mejora el funcionamiento del organismo, y la absorción de oxígeno y de todos los minerales presentes en el agua.
Debemos de ver el agua como algo terapéutico, algo que nos aporta vida, y de la cual depende nuestra propia salud y la de los demás.
El agua embotellada suele ser vendida como un agua pura, limpia y óptima para nuestro consumo, cuando en realidad sigue siendo un agua con un pH inadecuado, y de baja calidad, por no hablar de la cantidad de microplástico que desprenden las botellas al agua, microplásticos que acabamos ingeriendo nosotros y que afectan enormemente a nuestra salud.
Uno de los mayores problemas actuales es la enorme contaminación que provoca el plástico en entornos y parajes naturales, e incluso en los océanos. La mayor parte de ese plástico se corresponde al que se usa en envases como las botellas.
La solución a esto: LEVELUK KANGEN 8
Es una perfecta "fábrica de antioxidantes naturales", una fuente de agua terapéutica y saludable.
Gracias a sus 8 placas de platino bañado en titanio, y mediante la avanzada tecnología que lleva incorporada, es capaz de transformar el agua corriente en distintos tipos de agua para su uso y disfrute total:
- Agua Kangen fuerte, ideal para limpiar vegetales, manchas...
- Agua Kangen, un agua ionizada excepcional para el consumo.
- Agua limpia o neutra.
- Agua ácida, ideal para cuidados de belleza. Con efecto cicatrizante.
- Agua ácida fuerte, con efecto desinfectante.
Cuenta con una configuración automática, y una interfaz fácil e intuitiva que facilita la seleccion del tipo de agua.
